Los rábanos morados varían ampliamente en apariencia y tamaño, dependiendo de la variedad específica, y generalmente se encuentran en formas redondas, ovaladas y cilíndricas con una única raíz pivotante cónica. La piel del rábano es semilisa, texturizada y firme, y presenta tonos sólidos a variados de color púrpura claro, púrpura oscuro y violeta. Debajo de la superficie, la pulpa es densa, crujiente y bicolor, con rayas moradas sobre una base blanca. La carne también puede presentar un anillo de color púrpura oscuro alrededor del borde justo debajo de la piel o mostrar tonos sólidos de color púrpura o blanco. Los rábanos morados conservan un núcleo crujiente incluso cuando se cultivan en tamaños más grandes y rara vez se vuelven concisos.
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